Cada época del año tiene su encanto particular, todo depende de la preferencia de cada quien; y si está planeando un viaje para la temporada invernal, San Petesburgo será una opción fantástica. San Petersburgo es la segunda ciudad rusa en importancia, está a 713 kilómetros al norte de Moscú, situada a lo largo de la bahía del Neva del golfo de Finlandia. Es una ciudad muy hermosa, llena de palacios, museos, catedrales y monumentos históricos. Es muy conocida por ser una ciudad puerto, en el mar Báltico. Fue la capital rusa durante 2 siglos, luego que Pedro el Grande la fundara en 1703, allí luce imponente la estatua del “Jinete de Bronce” que representa a la figura de Pedro. Aunque la capital está en Moscú, San Petesburgo sigue como el centro cultural; si algo va a encontrar con toda seguridad son lugares como el moderno Teatro Mariinsky, donde se presenta ópera y ballet, y el Museo Estatal Ruso que muestra el arte nacional, desde pinturas de íconos ortodoxos hasta obras de Kandinsky. Lo que debe tener muy presente es que el frío le puede parecer intenso, pero para todo hay remedio; asegúrese de llevar la ropa adecuada; desde ropa interior térmica, pasando por pantalones y camisas térmicas que irán debajo de su atuendo. Importante!! Los guantes y sus botas deben ser especialmente para el clima. Con todo esto, estará listo para ver paisajes preciosos sin morir de frío. Prepare su cámara, su ánimo y su maleta porque será un viaje muy especial.; totalmente diferente a la que verá en el verano. Si proviene de un país tropical, su experiencia será a otro nivel, inolvidable. Para comenzar todos los canales y el río estará congelado, por lo que se verá como una enorme carretera, y no se sorprenda si ve a un pescador en su paso En la principales plazas a principios de diciembre se montan los árboles navideños y las calles son muy bien iluminadas. En la Avenida Nevsky, se organiza una Feria de Navidad. En Rusia es más importante la fiesta que marca el fin de año o Novy God en ruso. La Navidad como se conoce en occidente es un día normal, que solo celebran los católicos residentes, pero sin ser nada oficial, la Navidad ortodoxa se celebra el 6 de enero. Por esos días la temperatura oscila entre 0º y -25ºC; eso es lo usual, sin embargo hay inviernos más crudos que otros en los que el termómetro puede marcar -40º. La media es de unos -5ºC. Creo que ya está listo para comenzar a conocer el San Petesburgo invernal. Caminata mañanera. Aunque esté nevando es muy probable que su bienvenida sea un precioso cielo azul, coronado por un sol brillante que aunque está allí parece no calentar nada. Disfrute de los paisajes. Es muy probable que no encuentre mucha gente en la calle, a la mayoría le gana el apetecible calorcito de la cama; ellos se perderán esos deslumbrantes tonos naranja que se cuela entre los edificios. Caminar es lo mejor para conocer la ciudad, en la que la arquitectura cautiva. Vaya hasta el muelle de la isla Vasilievski, y deténgase en Strelka que está al extremo, cruce el puente y llegará hasta la Plaza del Palacio. Ohhh allí las fotos serán un espectáculo. Teatros. Para la época invernal suelen iniciar las nuevas temporadas, habrá mucho que ver, por algo es considerada la ciudad cultural. No hay espacio para aburrirse, anote en su lista el Teatro Mariinsky, Alexandrinski, teatro del Hermitage o el teatro Mijáilovski; tienen una variedad de actividades que le tomará bastante de su tiempo. Recuerde que tiene la opción de comprar las entradas online. La ciudad de los clásicos. Se dice que los escritores rusos amaban San Petesburgo, y en realidad razones sobran porque la ciudad emite magia, y contagia de su vibra. Hombres como Fiódor Dostoyevski, describió ésta ciudad entre las páginas de sus novelas, días coloreados de gris, húmedos y fríos, pero con una belleza inigualable. Si ha leído sus obras de seguro reconocerá los parajes. Es obligatorio visitar la isla Yelagin, la que será muy divertida, sobre todo si va con niños. En el parque central de la isla, el parque Kirov está lleno de ardillitas siberianas, cabras de Camerún, burros, cisnes, gansos y renos. Muchos de estos animalitos se dejan tocar, y fotografiar. Los niños la pasarán muy bien, y los recuerdos que se guarden quedarán para siempre. Verá que el frío habrá quedado olvidado. Lo mejor de visitar la ciudad en invierno es que no está abarrotada de turistas. Pasear por el Monasterio de Alejandro Nevski, donde se encuentra el cementerio de Lázaro, la tumba de Agustín de Betancourt y el cementerio de los artistas: Dostoievskiy, Tchaikovskiy, Glinka, Rimski-Korsakov, Musorgskiy, es un sueño. Por último, no deje de disfrutar de la gastronomía rusa que puede encontrar en cualquiera de los muchos restaurantes, no olvidará el exquisito caviar y alguna copita de vodka que nos ayuda a entrar en calor, el buen té, café y la cerveza de San Petersburgo, la Báltica. Que lo disfrute mucho!!!